viernes, 17 de abril de 2009

Imprimir un aire nuevo a mi andanza. Razones

Encontrándonos en el umbral, se me hacía cada vez más y con más fuerza necesario empezar a preparar el camino, quizás lleve ya más tiempo del que soy consciente preparándolo, quizás, lo que he hecho ha sido tomar consciencia real y ponerme a caminar, o puede que ya estuviera caminando y lo que ahora acometo es la orientación de mis pasos, en cualquier caso, considero oportuno imprimir un aire nuevo a mi andanza.
No es este el texto en el que explique las situaciones locales y mundiales en las que nos hallamos, ni como en esta especie de locura adolescente que padece una humanidad con una capacidad de dominio sobre el medio recién adquirida, nos ha llevado a esta embriaguez en la que somos capaces de tanta destrucción sin saber frenar en ella, hasta el punto de poner en peligro nuestro desarrollo como especie, el cual es indisoluble del desarrollo de todo el intrincado y complejo sistema que mantiene la vida sobre el planeta.

Después de observar, de escuchar, pues los mensajes y las señales están ahí para cualquiera que preste atención, decidí que tenía que, como ya dije, imprimir un aire nuevo a mi andanza, puesto que aún difusa y difícil, la alternativa no va a venir a nuestra puerta y a menos que tomemos las riendas de nuestra circunstancia, todo se desarrollará según el criterio del criterio presente, y este no busca el equilibrio, la armonía ni la felicidad,… a los hechos me remito.

Tomar conciencia de la situación actual en un principio llego a desalentarme, tras madurarlo y asumirlo, surgió en mí una insumisión, una ilusión de una alternativa, de la posibilidad de cambiar el rumbo de la nave para que esta llegue a otro puerto diferente al que ahora nos avocamos. Enfrentarme yo solo a la montaña, ¡ que soberbia !. Aunque estuviera solo, no cambiaría mi afán, pero no estoy solo, son muchos los que ya están, mucho antes, y mucho mejores que yo, yo soy solo uno más, humilde e insignificante ante el umbral, pero imprescindible. Imprescindible en la medida en la que tú, si te inquieta algo dentro de ti, si sientes que hay algo que ha de pasar o hay algo que no debe pasar, también eres imprescindible. En la medida de las posibilidades de cada uno, con calma, con humildad, con rotundidad.

Si escribo estas palabras es con afán de que perturben, y lo siento, la calma de aquellos que estén ya incómodos, o provoquen la reflexión de los que ni siquiera se lo plantearon aún. Solo propongo que estéis atentos, pues los mensajes, las noticias, están ahí, revueltas, envueltas, al lado de luces destelleantes, pero mirad con los ojos de ver y las veréis, y reitero que no soy el primero ni el único y tengo todo el camino por recorrer aún. Solo me atrevo a proponeros esto porque no me lo puedo callar, necesito contarlo a la gente que quiero, puesto que, por mi propia tranquilidad, no me perdonaría no haberlo hecho.

La situación actual es intensa en múltiples campos: medioambiente, cambio climático, contaminación, soberanía alimentaria, desequilibrios sociales, guerras, crisis energética, límite de los recursos, gestores altamente incompetentes…


Solo centrándonos en el petróleo y lo que él representa, (haz el ejercicio de mirar a tú alrededor y ver hasta que punto está presente en todo lo que nos rodea, incluso en el mero hecho de cómo ha llegado hasta aquí). Es necesario entender que como cualquier minería, este recurso se acabará acabando.



A medida que avanzábamos hacia una forma de vida más cómoda o moderna, también avanzábamos hacia la dependencia, y me explico, en Olivares de Duero, pueblo de mi madre, hace tan solo 50 años todo el mundo tenía unos conejos, gallinas, un pequeño huerto, casi todos, un cerdo, un burro… eso para algunos es antiguo y esclavo. Hoy en día no hay media docena de gallinas en todo el pueblo, la verdad es que es más cómodo ir a la tiendita y abastecerse de lo que necesitas, los huertos se han tornado en grandes mega cultivos de grano, remolacha, y viña. Aún así se cultiva, ¿pero con que herramientas?, ¿con qué procedimientos?, se ha perdido el barbecho porque podemos poner a producir la tierra año tras año sin descanso ni rotación de cultivos, se están perdiendo en los asilos la experiencia de una especie inteligente que ha adquirido estos conocimientos de vida en el medio de una manera sostenible, a lo largo de varios miles, decenas de miles de años, se están muriendo los que sabían en qué época de que madera y en qué forma cortar la madera para hacer el mango de un apero. Hace pocos años murió la señora Petronila, creo que la última en el pueblo que conocía cual es la forma de macerar las raíces de no recuerdo que planta y como conservarlas para hacer pan de raíces, (es mejor el pan de molde), siendo este pan en ocasiones difíciles lo que ha mantenido con vida a la comunidad.

Si os soy sincero, hoy en día, pensamos que somos libres, es el momento de la Historia en que (por lo menos en Occidente) más libertades tenemos, pero reflexionad si realmente no es el momento en que más dependemos, en el que en el instante en que quieran algunos intereses, se tuerzan las cosas, o disminuyan las fuentes, más problemas vamos a tener.
Hace 50 años si subía o bajaba el IBEX a mis tomates y a mis habichuelas, no les afectaba lo más mínimo, hoy no somos independientes en lo más esencial, estamos a merced de lo que ocurra, de la avaricia de algunos, de que los recursos no decaigan, ¿cuánto de libres somos hoy?.


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